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La vieja descarada ni siquiera miró el hecho de que era su joven hijo y le hizo follar en todas las posiciones conocidas. Se notaba, por sus gritos apasionados, que le gustaba el cuerpo joven del chico y su juguetón amigo. Da la sensación de que si hubiera podido, se habría tragado no sólo la polla con placer, sino al hijo entero. La madre no era ajena a los placeres sexuales y enseñó mucho al joven seductor.
Acostarse con una desconocida no es gran cosa. Desnudarse y tener sexo en un autobús apresurado es de primera categoría. Tal vez para la morena tetona está bien, pero yo personalmente nunca he visto nada como esto. ¡Impresionante y excitante!